No hay democracia sin verdadera memoria histórica

El Proyecto de Ley que aboga por la recuperación de la Memoria Histórica y que pretende la reparación moral de las víctimas del fascismo es por fin tema de debate en el Congreso y en la calle. Sin duda la amnesia pactada entre izquierda y derecha en la transición no podía ser eterna y tarde o temprano un gobierno progresista tenía que poner este asunto encima de la mesa. Obviamente esta ley no se puede consensuar con el partido heredero del franquismo pero sí que debería estar consensuada entre todas las fuerzas de izquierda.

Así pues, la necesidad de una ley como esta era más que necesaria para poder hacer justicia a las tantas víctimas de los fascistas que acabaron con la II República y poder considerarnos así una democracia madura, como pasa en Alemania o Italia, pero el debate se centra también en hasta donde debe llegar esta ley, y es aquí donde debe estar el consenso entre las fuerzas de izquierda.

Sin duda la iniciativa del Gobierno del PSOE es positiva para avanzar en la recuperación de la memoria histórica, pero una ley que pretende hacer justicia con aquellas personas que lucharon por la libertad pero que fueron represaliadas por un régimen fascista, debe ser completa y las reparaciones no solo deben ser morales y políticas, sinó que también judiciales. Es decir, todos aquellos juicios sumarísimos que tenían como objetivo encarcelar y ejecutar a los opositores de Franco deben ser anulados y borrados de los fondos de nuestros Tribunales.

No podemos considerarnos una democracia completa cuando ella siga siendo una reforma de un régimen dictatorial. Solo si las reparaciones son políticas, morales y judiciales se habrá hecho justicia con las víctimas de los que en 1936 acabaron con la democracia, el progreso y la libertad.